En la fiesta de San Juan, 2014. Primera presentación |
Foto de grupo con máscaras I |
Foto de grupo con máscaras II |
Don Lupe Jurado, el maestro de la danza, el que revivió pasos y recordó y enseñó la música como él la recordaba. |
En el Festival de Danza Folclórica de la Escuela Nacional de Danzas Folclóricas, en la ciudad de México. |
Bailando en la fiesta de San Juan. |
Y fueron y danzaron en el Jardín Principal de Malinalco. |
Hacía más
de veinte años que ésta no se bailaba.
Acudí a la
cita, en el atrio de la capilla. Sólo encontré
a don Benjamín Rogeiro, que había hecho la convocatoria. Era una tarde lluviosa de mayo; quizá por eso
nadie más llegó.
Persistente,
don Benja volvió a convocar; habló con algunos vecinos, con algunos músicos, insistió
y, finalmente, se formó el grupo.
Mientras
tanto, Ruth también había hecho una convocatoria, básicamente a través de Facebook,
para reclutar investigadores y formar un equipo.
Héctor
Montes, Héctor Reséndiz, Verónica y
Raymundo , todos bailarines de danzas
folclóricas, todos interesados en la investigación, formaron con Ruth el que ha
resultado un gran equipo de trabajo. Cada uno dedicado al rescate de una danza,
pero colaborando también en todas y cada una de ellas.
Allá por
los años treinta, don Bernardo Gómez llegó a vivir a Malinalco proveniente de
Joquicingo. A él se le atribuye la
invención y la puesta de varias de las danzas que se bailaban en los diferentes
barrios este pueblo; entre otras, la de los Panaderos de San Juan.
Hacer pan
en Malinalco en hornos de leña fabricados en adobe y con forma cupular es una
tradición que tiene varios siglos, probablemente más de cinco. En nuestro
pueblo los campesinos sembraban trigo al final del año, una vez cosechado el
maíz; ahora, aunque aquél dejó de cultivarse
en los años setenta, cuando el precio del trigo importado de Canadá era
tan barato que ya para qué producirlo aquí, el de panadero siguió siendo un oficio
importante y conveniente, y desayunar y merendar con pan recién hecho una
costumbre generalizada.
La danza de
los panaderos de San Juan recrea el modo tradicional de hacer pan. Es una danza de las llamadas “de hacienda”,
porque supone que ocurre en una de éstas. Cada danzante tiene un nombre y escenifica a un
personaje: encontramos así al patrón y la
patrona, al capataz, a los que limpian el horno, los que amasan el pan, quienes lo cuecen y
quienes lo llevan a vender. Hay el personaje simple, flojo y payaso y también
los viejos maestros: zapatero, herrero, veterinario, que son requeridos en la
hacienda pero además tienen una función dentro de la organización de la danza,
ya que que cuidan que los danzantes tengan espacio suficiente para bailar,
ayudan a repartir pan entre el público y ejecutan un baile chusco al final,
cuando la compañía se retira con la escenografía del horno.
El "horno" se lo llevan los "viejitos" al final de la danza. |
La Danza de
los Panaderos es también una pequeña obra de teatro, no sólo por los personajes
sino porque narra un evento chusco (que no voy a contar aquí) dotado de
conflicto, clímax y desenlace.
Para recuperar
esta danza, don Guadalupe Jurado ha sido el informante y maestro: tarareó la
música para que pudieran ponerla los músicos (violín y guitarra); enseñó los
pasos y diálogos a los participantes, e invitó a bailar a su nieta, con lo cual,
por primera vez, esta danza es bailada también por mujeres, ya que antes sólo
participaban hombres, algunos disfrazados como Margarita, Juanita o
Chabelita.